Nación y Provincias pelean por la Coparticipación
Por Josefina Vaca * y Horacio Cao **
La coparticipación de impuestos es un instituto caracterizado por tener puntos de contacto con muchos temas de indudable relevancia. Esquemáticamente, podría decirse que hoy el tema de la
coparticipación se está instalando desde dos perspectivas:
1. En la agenda política, como elemento que muestra un cierto equilibrio de poder político territorial, reflejo de la organización federal del país.
2. En la agenda fiscal, como forma de inducir ciertos comportamientos en el consolidado del sector público (Nación + Provincias + Municipios).
Ahora bien: los dos discursos (fiscal y político) desde donde se plantea el problema son diferentes, y casi siempre antitéticos, por lo que cualquier intento de cambio o reacomodamiento lleva a que el tema de la coparticipación se instale con fuerza en la agenda política nacional. Cabe acotar que estas dos esferas han tenido la capacidad de vetar los proyectos de reformas de fondo que desde la agenda política o la agenda fiscal se han planteado. Desde la última Ley de Coparticipación – que data de 1988– sólo se lograron armar parches. Como por ejemplo los pactos fiscales, cuando la presión era del ala “ fiscalista” , o el fondo del conurbano, cuando la presión venía desde una jurisdicción, en este caso Buenos Aires.
En la actual coyuntura se da una cierta superposición. En principio, la vuelta a escena de la coparticipación tuvo que ver con los compromisos asumidos con el FMI de sacar una nueva ley con obvias pretensiones fiscalistas. Luego, esta pretensión se fue diluyendo al advertir que un nuevo esquema terminaría siendo contraproducente en términos fiscales: su aprobación podía significar reducir la participación de la Nación, contradictoria con los intereses de los acreedores externos.
El proyecto de nueva ley de coparticipación naufragaba – como tantas veces– sin pena ni gloria, cuando se produce una sorpresiva reactivación a cuento de las tensiones entre el Gobierno nacional y la provincia de Buenos Aires. Veamos: el gobierno de Felipe Solá, con poco margen de maniobra por haber quedado atrapado en la puja Kirchner/Duhalde, afrontaba una creciente conflictividad interna. Para enfrentarla, se sube al tema coparticipación, fundamentalmente por dos objetivos:
1. Redireccionar la tensión política, dirigiéndola hacia un actor extrarregional.
2. Instalar en el escenario el desfinanciamiento de Buenos Aires, a fin de obtener (vía la coparticipación, o cualquier otra) alguna partida extraordinaria destinada a apagar la conflictividad provincial. Pero como es histórico en el federalismo argentino, Buenos Aires: siempre es ella sola contra el resto del país. Hábilmente, el Presidente logra realinear a casi todas las provincias detrás suyo, y redobla la apuesta: busca que este escenario sirva como un elemento que lo favorezca en su puja por disciplinar a Eduardo Duhalde y al PJ bonaerense.
* Licenciada en Educación.
** Doctor en Administración.